Hay amigos que con el paso del tiempo se convierten en la familia que eliges. ¿Qué es lo que nos lleva a crear lazos de amistad con una persona? ¿Qué es lo que nos hace querer compartir y confiar? El ser humano tiene la necesidad de pertenecer, amar y ser amado.
En mi grupo de amigos, e imagino que como en muchos otros, cada uno es de su padre y de su madre. Nuestros orígenes son distintos, nuestras carreras son distintas, nuestros físicos son muy distintos… y sin embargo nos conmueve lo mismo. Esa es la magia de la amistad.
No hace mucho, en una tarde de sábado bañada por sol del Empordà, mi amigo Jan nos descubrió la letra de una canción maravillosa. Son frases concisas, simples y clarividentes, con un punto de humor que nos provocó una sonrisa y un inevitable “Pues claro, esto es lo que hay que hacer”. En ese momento, nuestra amiga Anna se acordó de una frase inspiradora de David Carradine que había compartido en redes sociales y que encajaba a la perfección con la conversación que había desatado la lírica de esa canción y que ponía la guinda a la charla: “Si no puedes ser el poeta, sé el poema”.
A los tres nos azotó un sentimiento de exaltación de la amistad que nos hizo recordar lo mucho que necesitamos disfrutar de los amigos a pesar de que la familia, la maternidad en mi caso, y el trabajo te lo relega a un tercer, cuarto o quinto plano.
Fue precioso redescubrirlo juntos ya que todos echamos de menos más momentos de amistad en los que compartir pensamientos, sentimientos y vibrar por los mismos intereses. Algo que te hace sentir vivo.
Los tres estamos en un momento vital de paternidad que nos empuja a cuestionarnos actitudes, creencias y patrones de comportamiento, a ponernos constantemente en duda como individuos y a desaprender con el objetivo de crecer como personas para ser mejores padres y madres, nuestra mayor responsabilidad. Es curioso ver que conforme nos hacemos mayores nos da menos miedo hablar de nuestras dudas o debilidades porque, por otro lado, vamos tendiendo más claro lo que sí sabemos que nos hace bien.
Ya que no puedo compartir contigo el olor a naturaleza que nos rodeaba en esa tarde, el sabor del té que estábamos tomando y el sentimiento de entusiasmo que nos movía, aquí te dejo la canción ‘Note to Self’ de Oren Lavie para que al menos disfrutes de su melodía y su fantástico sentido común.
Hasta pronto,
V
Este contenido fue publicado primero en mi newsletter ‘Una mujer, muchas mujeres’ de abril 2019. Haz click aquí para suscribirte a la newsletter.