¿Qué hay más importante que tocar y besar? Los primeros vínculos de afecto de un ser humano se construyen a través de los sentidos.
Un abrazo, una caricia, un beso… el AMOR favorece el desarrollo neurológico de un bebé. Es curioso pensar cómo algo tan simple como el contacto físico tiene una grandísima relevancia para nuestro bienestar, no solo cuando nacemos si no para nuestro futuro. Crecer en un ambiente de afecto y cariño nos ayuda a construir unos buenos pilares emocionales y una sólida autoestima, herramientas valiosísimas para enfrentarnos a la vida y todo lo que trae consigo: desde la gestión de relaciones humanas hasta la lucha contra una enfermedad. Cuando te dan amor estás contento, sientes que puedes con todo; te llenas de confianza y positivismo.
Parece que es mucho más fácil mostrar delicadeza, compasión y ternura a través del tacto cuando te acercas a un bebé o a un niño. ¿Por qué a veces nos da pudor mostrar afecto físico entre los adultos? Yo soy de las que tocan. Eso me ayuda a percibir detalles de la personalidad y la energía de aquél a quien me acerco, descubrir sutilidades que se escapan en la comunicación verbal. Si eres como yo, ¿cuántas veces te has encontrado con alguien que se tensa cuando le abrazas?
Relajarnos ante el contacto físico, abrirnos hacia los demás y desaprender patrones que nos bloquean nos hace bien, porque somos seres sociales y gran parte de nuestro bienestar es anímico. Recibir caricias o abrazos, un beso o hacer el amor despierta en nuestro organismo reacciones y estímulos agradables. El cuerpo traduce estas acciones en la liberación de sustancias químicas que nos proporcionan placer, por eso sentimos la necesidad de acceder a ellas. Nos hacen sentir bien, nos hace felices.
Hablando de roce y cariño… Recuerdo como, cuando pasaba largas temporadas viajando lejos de los míos y conociendo casi cada día a un nuevo equipo de moda con el que trabajar, agradecía las “caricias” de los maquilladores y peluqueros que me tocaban al maquillarme o peinarme. De alguna forma ese contacto crea una cierta intimidad, y quizá por eso se crean vínculos afectivos con estos profesionales que, aunque puedan ser efímeros, son bonitos y reconfortantes.
Dar y recibir afecto se convierte en una necesidad vital más. Por eso toquémonos y besémonos mientras podamos y hagámoslo con conciencia plena, con determinación y sentido.
V.