Igual que sucedió con el yoga, fue Nueva York la ciudad que me descubrió multitud de gastronomías de otras culturas, como la asiática, los mercados ecológicos y expandió mis horizontes en la alimentación. Todo un mundo nuevo al que me lancé de cabeza con libros y revistas especializadas y que con el paso del tiempo he ido incorporando a mi día a día.
Las algas son uno de estos alimentos que descubrí y las protagonistas de este post. Las algas concentran propiedades buenísimas, excelentes para nuestro organismo. Estas verduras de mar son muy ricas en nutrientes como antioxidantes y minerales, especialmente en yodo convirtiéndolas en un buen aliado para recuperarse después de hacer ejercicio.
Te explico cuales son mis favoritas y cómo las introduzco en mi cocina:
M I S A L G A S F A V O R I T A S
Nori. Es rica en proteína y apenas contiene grasas. Es el alga que me recomendaron para los más pequeños, de modo que las añado en las comidas de mis dos hijas en trocitos muy pequeñitos para que acepten su textura de forma más amable.
Wakame. Aporta una gran fuente de calcio, yodo, hierro, potasio y vitaminas del grupo A, B y C.
Hijiki. Esta alga tiene un sabor muy especial y sabroso, quizá no para todos los paladares. ¡Para mí es toda una delicatessen! Aporta una gran cantidad de hierro y contiene muchas vitaminas del grupo B.
P R O P U E S T A S D E P L A T O S
– En los platos de cuchara, como por ejemplo un potaje de lentejas o garbanzos, las añado cortadas a trocitos muy pequeños.
– Ensalada con algas (mi favorita es la hijiki) que aderezo con un topping de sésamo y vinagreta hecha con vinagre de arroz.
– Arroz integral. Añado las algas al agua en la que cuezo el arroz para dar un toque de sabor y aportar buenos minerales para el organismo. Me lo aconsejó el maestro de la macrobiótica Phiya Kushi.
– Sopa miso, un clásico en el que nunca faltan las algas, como te expliqué en este post.
– Sopa de pescado con algas, que elaboro hirviendo a fuego lento todas las espinas y cabezas de pescado que guardo y a la que añado tofu sedoso y fideos finos integrales para servir. Uno de los caldos favoritos en casa.
Deseo acabar este texto compartiendo esta pequeña reflexión: el mar nos da alimentos maravillosos y estos son un grandísimo motivo para tomar conciencia y cuidar de nuestros mares. Nosotros somos la solución.
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