Ser madre es el cambio más fuerte por el que puede pasar una mujer, tanto física como emocionalmente. Los embarazos nos cambian y tenemos que aprender a convivir con un nuevo cuerpo. El que hemos puesto a merced de la gestación de un ser vivo, la intensidad de un parto, de un puerperio de emociones desbordadas…
Y yo ya no soy la misma. Mi esencia permanece pero, sin duda, la maternidad ha cambiado mi forma de sentir. Me ha enseñado y me obliga a ser más generosa, a relativizar, a darle la justa importancia a muchas cosas que antes me daban quebraderos de cabeza, a poner las necesidades de tu hijo por encima de las tuyas. Aunque te mueras de sueño y ya no puedas con tu alma, no sabes cómo ni de dónde sacas las fuerzas pero te levantas a atender los quejidos de tus hijos. Incluso como si tuvieras un sensor estratosférico que te despierta antes de que tu hijo te llame. El instinto animal…
La educación es una responsabilidad que traspasa las barreras del colegio y de tu casa. Como padres, es una responsabilidad individual que afecta al conjunto de la sociedad, el futuro de nuestros hijos. Desde que tengo dos niñas, entiendo la educación como un asunto de importancia absoluta y mi empatía se ha expandido. Porque una de las bases para crear una sociedad que conviva en armonía es la empatía.
Siento mucho más de cerca el sufrimiento de los demás. Se me remueve todo antes las injusticias, las desgracias ajenas, el incumplimiento de los Derechos Humanos y situaciones de desventaja. Mis sentidos están mucho más a flor de piel desde que soy madre y siento que soy más capaz de entender y empatizar con el sufrimiento de los demás. Mi responsabilidad social se acentúa porque además sé que vivimos en un estado de privilegio, algo que intento trasladar a mis hijas para que sean conscientes de que son afortunadas. Por eso colaboro con causas que encajan en mi día a día, y aprovecho para disculparme por declinar otras peticiones solidarias que me llegan y que no me es posible atender.
Con este post quiero hacer una oda a nosotras, las madres. Esos seres que dedican su tiempo, su esfuerzo, sus pensamientos y su alma a sus seres queridos. Para esas mujeres que cuidamos, que anteponemos las necesidades de los demás a las nuestras, que damos nuestra vida por esos seres que hemos traído al mundo, o que acogemos como hijos, que estamos y estaremos siempre para ellos en lo bueno y en lo malo.
Feliz día de la madre,
V.
Foto por Jonathan Miller