Este verano, mi amigo Luis Galliusi me introdujo al artista mallorquín Domingo Zapata, afincado en Nueva York. Le llaman el nuevo Andy Warhol y aunque las comparaciones entre artistas suelen ser odiosas a él no le molesta y acepta cualquier crítica con la sonrisa permanente que le caracteriza.
Es un tipo tremendamente generoso con el que mi pareja y yo estamos construyendo una nueva amistad. No sólo nos ha abierto las puertas de su espacio (su studio en Meatpacking District) si no también ha compartido con nosotros su intimidad: amigos, familia, estilo de vida…
Su obra respira una fuerte personalidad acompañada de fuerza y vitalidad. El colorido y el humor que expresan sus cuadros, de cierto sarcasmo, me atraen. En casa ya disfrutamos de una de sus obras; también lo hacen sus coleccionistas más conocidos entre los que se encuentran Johnny Depp, Leonardo DiCaprio, Diana Picasso, la familia Missoni e incluso el banco de inversiones Goldman Sachs.
Domingo Zapata es un artista muy del siglo XXI, prolífico y al mismo tiempo capaz de sacar adelante colaboraciones de lo más diversas. Prendas, calzado, maletas, fundas de iPhone e incluso alfombras. Aprovechando nuestra estancia en Nueva York, acompañamos a Domingo en la presentación de esta última colaboración. Allí coincidimos con la actriz Kelly Rutherford, una mujer simpatiquísima y mamá en Manhattan que me ha dado consejos fantásticos para disfrutar de esta ciudad con mi hija Manuela.