No he tocado mucho el tema de la meditación en este blog. Y no es por desmerecer este aspecto del yoga… Mi acercamiento a esta práctica ha sido, y sigue siendo, muy paulatino. Soy una mujer muy activa, incluso a veces me describo como “agonías” y tiendo a entrar en dinámicas de estrés, intentando abarcar muchas más tareas de las que realmente puedo siendo madre trabajadora.
Por eso, una de las razones por las que practico Ashtanga Vinyasa es porque a través del movimiento y del esfuerzo físico sincronizado con la respiración me resulta más fácil entrar en un estado de meditación, o mejor diría, en un estado de presencia completa, de mindfulness.
Quizá mi bloqueo con respecto a la meditación estática sea la pereza. Me sigue costando parar para sentarme a meditar. Y como creo en los beneficios de esta práctica, para vencer esta barrera mental me he propuesto al menos sentarme en posición de loto, lleve a cabo o no los ejercicios al completo que hoy comparto contigo.
Espero que estos ejercicios te ayuden como a mí a introducir la meditación como un hábito real en el día a día. Si quieres leer sobre otros tipos de meditación, te invito a que revises uno de mis post anteriores sobre este tema.
V.