Me enfrento a un reto de maternidad muy distinto al de mi madre. Ella ha sido, y es, una excelente ama de casa y pilar familiar mientras que yo tengo que aprender a trasladar a mi hija Manuela todos los valores que desde muy pequeña me dio siendo yo una mujer laboralmente muy activa y con compromisos sociales.
El referente de mi madre como madre, valga la redundancia, es el más importante para mí. Pero es ahora, viendo a mi madre como abuela, cuando realmente me doy cuenta de la dedicación, amor, paciencia, psicología y pedagogía con la que me educó. Esa autoestima, seguridad, libertad y coraje para elegir mi camino que me acompañan es el mejor legado que mi madre me ha podido dar. Y quién mejor que ella para ser mi apoyo en el cuidado de mi hija cuando yo no estoy. Menos mal que la tengo a mi lado.
No tenemos que cansarnos de dar las gracias todos los días a esos abuelos y abuelas que nos ayudan tanto y cuidan de nuestros hijos.
Gracias mamá. Te quiero.
V