Cuando pensamos en yoga, pensamos en bienestar, equilibrio, paz, armonía… y lo último que se nos ocurre es guerra. Quizá por eso choque que haya una serie de posturas llamada «los Guerreros«.
Pero lo cierto es que el yoga, en cierto modo, puede hacerte partícipe de una pequeña “lucha” de forma metafórica. Como siempre digo, esta filosofía te enfrenta, aunque sea de una forma amable, a tus miedos y limitaciones, motivándote a vencerlos para poder evolucionar si ese es tu deseo. Por eso me atrevo a decir que las posturas de los Guerreros son asanas de lucha. Una lucha contra nuestros malos pensamientos, los de negatividad y escepticismo, los que nos bloquean. Una lucha en la que el arma del guerrero es la fuerza de voluntad. En mi práctica, estas posturas me dan subidón y me llenan de vitalidad. Siento que PUEDO.
Está claro que la interpretación de las asanas es totalmente subjetiva. Yo te cuento lo que a mí me provocan, pero independientemente de cómo quieras entenderlas, no hay duda de que los Guerreros son posturas de pie que fortalecen muchísimo las piernas ya que supone mantenerlas en flexión, trabajando la flexibilidad de la cadera.
En los vídeos de hoy te enseño cómo integro la serie de los Guerreros al completo, añadiendo a «los básicos» I y II el Invertido, el Humilde y el III.
Vídeo 1 – Guerrero I y Guerrero II
El Guerrero I mira hacia arriba con las palmas de las manos juntas. Las manos en plegaria es un mudra (gesto de las manos) que significa «unión del hemisferio izquierdo con el derecho», la unión de todas tus energías. Se interpreta que el Guerrero I mira al Sol para coger fuerza y sabiduría antes de pasar al Guerrero II, postura en la que los brazos se extienden como lanzas preparadas para luchar (como te conté en otro post). No olvides juntar tus omoplatos y así abrir bien tu pecho.
Vídeo 2 – Guerreros en Mysore (Guerrero I, II, Invertido, Humilde y III)
En esta secuencia repito el Guerrero I y II y añado los Guerreros Invertido, Humilde y III. Quizá por el nombre no te suenen tanto, pero seguro que cuando veas el vídeo sabrás de qué te hablo.
El Guerrero Invertido me resulta un poco incómodo. Necesitas mucha fuerza para sostener las piernas en flexión mientras guardas el equilibrio, ya que te dejas llevar hacia atrás abriendo el pecho y confiando en que tu cuerpo podrá mantener la postura.
Aquí abajo, el Guerrero Humilde. Una postura preciosa, tanto por las líneas que dibuja el cuerpo como por lo que representa. De nuevo con Olivia, profesora de Ashtanga Yoga, hablábamos del gesto de respeto y rendición que respira esta asana en la que entrelazas tus manos atrás, abres el pecho y finalmente te inclinas hacia delante.
El Guerrero III se conoce también como «avión». A priori puede parecer fácil, pero no lo es. Cuesta aguantar el equilibrio mientras tu cuerpo mantiene una línea recta que recorre desde los dedos de las manos hasta el talón, necesitando la fortaleza de tu musculatura del torso al completo, abdomen y espalda. Pero seguro que si ya has trabajado las posturas de equilibrio que te enseñé en otro post, esta no te costará tanto.
Namaste.
V.