Con el post de hoy me sigo poniendo al día con vuestras peticiones y comparto el menú semanal de mis hijas.
No sé si eres soltero o convives en tu hogar con familia, pero a mí me agobia llevar el peso de la decisión del “qué hay hoy para comer”, “qué hay hoy para cenar”… Evitar la improvisación en la cocina es una de las razones por las que me gusta planificar el menú de las peques. Pero hay otros motivos: me ayuda a optimizar el tiempo, me permitirme delegar la responsabilidad y la tarea de cocinar de una forma eficiente, además de que es mucho más fácil hacer la compra y evitas llenar la nevera de alimentos que acaban caducando y hay que tirarlos, algo que detesto.
Por supuesto, para llevar una dieta equilibrada no vale solo con tener la intención de comer sano. Para llevarla a cabo, yo escribo esta guía que me ayuda a seguir una dieta saludable para mis hijas. Además, así puedo compensar los tipos de alimento teniendo en cuenta el día y la semana. Por ejemplo, verás que la cantidad y el tipo de proteína animal se distribuyen a lo largo de la semana con criterio. Para mí los reyes son los pescados y el lácteo en forma de yogur o kéfir. Les siguen el pollo, el huevo, el jamón de bellota y la ternera.
Con este menú me aseguro que el organismo de mis hijas tengan suficientes carbohidratos, proteínas de calidad y grasas buenas, contemplando que cada uno de estos macronutrientes se repartan en la cantidad adecuada.
Cada alimento o plato se complementan los unos con los otros para conseguir que los micronutrientes, como las vitaminas, los minerales y los oligoelementos, procedan de diferentes orígenes y estén muy presentes.
Te explico un poco sobre algunos de los alimentos que he elegido y por qué los utilizo. En los desayunos, como ves, la avena, un cereal muy rico en nutrientes, aparece varias veces en diferentes recetas, la puedes preparar en forma de porridge. Ya te he contado en otras ocasiones que es un cereal muy presente en mi cocina. Es muy importante también hablar de que tanto el pan como el arroz, la pasta, la quinoa o los fideos que utilizo son cereales 100% integrales. Son carbohidratos llenos de nutrientes y buena fibra que proporcionan más energía que los que proceden de cereales refinados.
También puedes ver que añado el sésamo, una semilla con un valor nutricional muy potente y unas cantidades de calcio muy elevadas. La consumimos en forma de gomasio (sésamo triturado con sal marina) o tahín (pasta de sésamo). En cuanto a los tipos de cocción, me decanto por la cocina al vapor, al horno o a la plancha y añado el aceite de oliva virgen en crudo una vez la ración está servida.
Es un menú que he diseñado para mis hijas, pero al cual mi pareja y yo nos añadimos en todas esas comidas o cenas que compartimos en familia. El desayuno es la única excepción, puesto que yo tengo unos rituales matutinos que mis hijas no han adoptado todavía. Por ejemplo, mis zumos «cold press» y batidos con sabores y texturas que aún les cuesta apreciar. Estoy en ello.
Como ves, no es el típico menú infantil, porque deseo que mis hijas crezcan desarrollando su paladar de una forma amplia. Deseamos que les guste saborear y descubrir, en definitiva, que disfruten de la comida, y compartirlo con ellas. Para que te hagas una idea, mi hija mayor probó las almejas crudas cuando todavía no tenía dos años, y le encantan.
Es un menú flexible, ya que no me considero una de esas madres estrictas o ‘control freak‘. A veces lo adapto a sus peticiones o según las circunstancias que puedan alterar el hábito del hogar, añadiendo unos huevos fritos con patatas o una pizza si se da el caso sin problema.
V.