Yo era de las que decía ‘yo nunca me pongo mala, mis hijas no me pegarán los virus de la guardería…’ y después de años manteniéndome fuerte como un roble, he caído. Como una más, con gripón y fiebre. Jo, cuando uno está malito piensa… “Qué bien se está cuando se está bien”. Por suerte, he tenido muy poquita fiebre y solo me ha costado un par de días realmente malos. El descanso ha sido, por supuesto, crucial para mejorar, aunque después no me he librado de las típicas secuelas que tardan más de una semana en desaparecer y aún no he conseguido separarme de los pañuelos.
En casa, mi botiquín principal se encuentra en la cocina, donde guardo mis aliados naturales. Son los que me salvan de más de una visita a la farmacia. Así que aquí estoy, como no podía ser de otra manera, confiando en el poder de la alimentación para superar mi resfriado. Por eso te propongo que pruebes tres de mis bebidas y sencillas recetas a las que recurro en estos episodios de catarros con las que ayudo a mi organismo a prevenir y combatir los mismos. Son dos jugos de coldpress y una infusión.
Tengo la suerte de tener a una muy buena amiga experta en nutrición que me ha prestado sus conocimientos y revisión técnica para este post, María Antonia Rodríguez. Con ella paso horas y horas hablando de una de las cosas que más nos interesa a las dos: cuidar de nuestra salud y la de nuestras familias.
Vamos allá. Empezamos por los coldpress juices, jugos de prensado en frío. Como ya os he contado en alguna ocasión, las antiguas licuadoras cortaban y centrifugaban las frutas y las verduras, provocando oxidación y calor al mismo tiempo, enemigos ambos de las vitaminas, los minerales y las maravillosas encimas. En cambio, estos nuevos y pequeños electrodomésticos rompen y prensan los alimentos a baja velocidad, sin provocar calor, desechando la fibra. A priori parece una barbaridad ya que todos hemos oído hablar de las maravillas de la fibra, pero es precisamente la falta de ella lo que hace que estos zumos apenas tengan proceso digestivo y que en escasos 30 minutos ya estén alimentando nuestras células con todas sus propiedades intactas. Así que cuanto más separado de la fibra esté el zumo, mejor. Un pequeño truco es comprar un colador de malla muy fina y colarlo más todavía.
Estos zumos son sanadores porque contienen una fuente incalculable de vitaminas, minerales, encimas, y las propiedades intrínsecas de las propias plantas. Eso sí, con algunas condiciones:
– Lo ideal es tomarlo siempre en ayunas y esperar al menos media hora antes de comer cualquier otra cosa.
– Recién hecho sería lo correcto, por el tema de la oxidación con el aire.
– Se recomienda sólo una pieza de fruta como máximo, porque la fruta sin la fibra lleva mucho azúcar (fructosa) y eso no es lo que no queremos dar a nuestra células. La manzana es la ideal para estos zumos.
– Pon todo el verde que puedas, la clorofila es un regalo para la salud.
Otro día hablaremos de los batidos con toda la fibra, que también tienen grandes beneficios.
Jugo “para principiantes”
Si es la primera vez que tomas jugos que mezclan fruta y verdura, esta receta es ideal para un paladar virgen a estos sabores. Los ingredientes para 1 persona son:
– Manzana, 1 o 2 dependiendo de su tamaño.
– Zanahoria, 4 o 5 dependiendo también de su tamaño.
– Apio, 2 tallos largos.
– Pimienta, al gusto.
La manzana está considerada un superalimento que aporta vitamina C y A, fibra, complejo B, potasio, hierro y zinc. La zanahoria tiene sobre todo vitaminas liposolubles, principalmente la A, E y K. El apio aporta potasio, sodio, calcio, magnesio, fósforo y vitamina A y C. La pimienta es antiinflamatoria y digestiva.
Las frutas y verduras que no son orgánicas están llenas de pesticidas, desgraciadamente. Entonces pelarlas es la única opción, pero al mismo tiempo estamos perdiendo nutrientes. Se abre el debate… Con las orgánicas, en cambio, no tenemos ese problema pero es realmente importante lavarlas concienzudamente puesto que, al no llevar pesticidas para eliminar parásitos pueden contenerlos (o sus huevos, que son microscópicos). El bicarbonato y el vinagre de manzana son los mejores limpiadores.
Jugo “para avanzados”
Este jugo verdísimo combina, para 1 persona:
– Espinacas, un manojo.
– Pepino, 1 o medio, dependiendo del tamaño.
– Limón, 1, idealmente con cáscara ya que contiene bioflavonoides. Si quieres reducir el amargor, te propongo pelarlo.
– Jengibre, un trocito de raíz.
– Menta, unas hojas.
La espinaca es uno de los vegetales con más proteínas. Rica en fibra, aunque en este caso no la utilizaremos, y con cantidad de vitaminas (A, C y E, también del grupo B y K) y minerales como potasio, calcio, magnesio, hierro y ácidos grasos omega 3, elemento IMPRESCINDIBLE en nuestra alimentación. Una advertencia para las espinacas: no se debe abusar de ellas, pues son ricas en oxalatos. El pepino tiene también importantes cantidades de vitaminas y minerales; es muy alcalino, diurético y digestivo. En cambio, del pepino sí que podemos abusar. Como alguna vez te he contado, el limón es una de las joyas de la corona de la alimentación: antiviral, antibiótico natural, antitumoral, también súper alcalino. El jengibre es un anticoagulante natural, digestivo por excelencia, antiinflamatorio, analgésico, disminuye flatulencias, suaviza el dolor de garganta,… en definitiva, otro indispensable. Por último, la menta refresca las vías respiratorias, convirtiéndose en aliada ideal para el propósito de estos jugos.
He preparado este vídeo para explicarte paso a paso cómo preparo estos jugos coldpress.
(Utilizo el extractor de jugos de Omega)
Infusión de tomillo orientalizada
Esta infusión es un clásico entre los clásicos y con la que he crecido viendo a mi madre prepararla tantas y tantas veces durante el invierno. Le he añadido un toque asiático con la suma del jengibre. Los ingredientes son:
– Una rama natural de tomillo seco.
– Zumo de medio limón.
– Un trozo de raíz de jengibre.
– Una cucharada sopera de miel.
Del limón y del jengibre ya te he hablado arriba. El tomillo es antibacteriano, antiséptico, antimicrobiano, incluso los griegos antiguos lo utilizaban como incienso. Es muy útil para problemas respiratorios tipo bronquitis, es expectorante. La miel es extraordinaria, es innumerable la cantidad de encimas, minerales, aminoácidos y vitaminas. Es el néctar de las plantas. En su justa medida, una cucharadita al día, por la cantidad de azúcar que lleva, tiene muchos beneficios para tu salud. Eso sí, es imprescindible que sea miel sin procesar, sin filtrar y pura. Todas las mieles orgánicas cumplen estos requisitos, no es así en la mayoría de mieles que se venden en supermercados.
Recupero la receta de mi madre para cuatro personas: añade un litro de agua y el jengibre rallado en un gran cazo y ponlo a hervir. Cuando el agua arranca a hervir, añade el tomillo y cuécelo durante un par de minutos. Después, apaga el fuego, tapa el cazo y déjalo reposar unos 10 minutos.
Espero que estos consejos ayuden a los soldados de tu sistema inmunitario a hacerlos más fuertes.
Buena suerte y ¡protégete!
V.
Fotos y vídeos tomados con la cámara Nikon D5500 y el objetivo AF-P 18-55mm VR
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