Durante mi embarazo fui súper metódica con la hidratación de mi piel. Todos los días, todo el cuerpo. Es un fantástico hábito que me alegro de haber mantenido. En esos 9 meses sólo utilizaba aceites naturales, pero ahora utilizo más variedad de productos. Os cuento…
Para mi, es igual de importante tener la piel limpia que hidratada. Por eso me hago un peeling corporal una o dos veces por mes, según lo sienta. Quitar la piel muerta antes de hidratar me da muy buen resultado. Noto que mi piel, al estar exfoliada y limpia de células de piel seca, se hidrata más fácilmente. Para este primer paso os explico dos opciones que voy alternando:
1. Una opción muy natural y a la que recurro desde hace muchísimos años es la sal marina gruesa. Combinada con aceite de coco de Vita Coco se convierte en un exfoliante natural y casero que aplico al final de la ducha. Una alternativa a la sal marina es el azúcar de caña. Compro todos estos productos en supermercados de comida orgánica.
2. Mi segunda opción es el exfoliante Himalaya Scrub de Rituals. Es muy agradable en verano porque tiene un olor fantástico, muy fresco. Siento que mi piel respira además de desprender un aroma muy agradable. Es una opción de peeling e hidratación muy práctica.
Para la hidratación a diario:
La leche corporal Lipikar Lait de La Roche-Posay es ligera y se aplica muy fácilmente. No me deja sensación pegajosa, por lo que es una muy buena opción para aplicar en todo el cuerpo sobre todo ahora que entramos en verano. Para aquellos días en los que no tengo tiempo, opto por el aceite seco en spray de Natura Bissé. Curiosamente, a pesar de ser un aceite se absorbe súper rápido y deja un tono de piel muy bonito.
Intento no olvidarme de los pies, por eso antes de dormir aplico la crema Velvet Smooth de Dr. Scholl. Solemos acordarnos de hidratar esta zona en verano, cuando están más expuestos y sufren más, pero os recomiendo que lo hagáis todo el año. Sobretodo yo no puedo olvidarme, porque mi trabajo lo requiere.
Espero que te guste.
V.