Siempre fui una downtown girl en Manhattan, rodeada de gente joven y cool y un vibe creativo en constante movimiento. Esta es la primera vez en 20 años que experimento vivir en la zona del Upper East Side, por eso a nuestra llegada me sentí desubicada al no conocer qué se cuece o por ejemplo qué ofrece el pequeño comercio por aquí arriba. El ambiente es totalmente diferente: por un lado, te encuentras con el mayor esnobismo y poder adquisitivo de la Gran Manzana, pero por otro lado es también una zona muy familiar además de tener muy cerca uno de los parques de urbe más increíblemente bonitos, cosa que agradezco enormemente teniendo a la peque con nosotros.
He descubierto el Manhattan para niños. Estoy sorprendida por la oferta de museos, day care centers y kids gyms de pedagogía súper creativa y muy buen nivel, donde los monitores cuentan con cualidades y preparación, expresión corporal y musical dignas de Broadway. ¡Cómo me gustaría llevármelos conmigo de vuelta a Barcelona! Mi hija Manuela lo está disfrutando tanto…
El formato familiar en esta ciudad me confronta con nuevos sentimientos. Nueva York te puede hacer sentir tanto un ser especial como un nobody. La mirada atenta de mi hija, cautivada por esta ciudad, expresa perfectamente la vulnerabilidad y la pequeñez que te puede envolver. El ritmo al que se mueve esta ciudad, el non-stop 24/7, el marketing masivo y los inputs me apabullan aunque los reconozco. Es una energía con la que me entiendo y a la que muchas veces echo de menos desde Barcelona.
El «anonimato» que te ofrecen estas calles tan cinematográficas hace que mi pareja pueda tomar el tiempo para parar y observar su alrededor. Ha dejado en el viejo continente esa manera de caminar huyendo del foco mirando hacia el suelo y, después de 20 años, disfruta cada día de algo tan simple como ir a trabajar en metro como uno más. Esto es algo que me afecta directamente y de forma positiva. El hecho de estar rodeados de gente sintiéndonos aislados, pudiéndonos besar o bromear sin sentirnos observados o tener una conversación íntima fuera de casa es toda una novedad.
Estas semanas están siendo como un soplo de aire fresco, una bonita rutina efímera que nos va a dar pena abandonar… ya nos queda poco.
V.