Hace poco volví a pisar París. Este viaje ha sido diferente, por primera vez me he deshecho de las malas sensaciones que me acompañaban desde mi llegada con 18 años a la ciudad de la luz, como ya te expliqué en otro post. Mi pareja es el responsable de este cambio ya que ahora mi pasado queda atrás y todo retoma en el presente, con él a mi lado, una nueva mirada.
Es un privilegio poder marchar como unos «enamorados en soltería», que es así como yo llamo al estar solos en pareja dejando a nuestra hija en las mejores manos: los abuelos. Todo un lujo disfrutar de tres días redescubriendo una ciudad llena de cultura, belleza y buen comer.
Le Marais ha sido nuestra base de operaciones, un barrio del que casi no nos hemos movido. En la romántica Place des Vosges elegimos para nuestra estancia el hotel Pavillon de la Reine. Es uno de esos hoteles clásicos, cómodos y con un buen servicio. Desayunos deliciosos degustando el té Marco Polo, el más popular de París y uno de mis favoritos.
Empiezo contándote los lugares donde he disfrutado de una de las cosas que más me gusta en la vida que es comer. Probamos el sanísimo desayuno del café Pinson entre muebles nórdicos y un ambiente muy cool.
Una buena alternativa para un pequeño break de café es el Cordonnerie.
Nos quisimos llevar el té Marco Polo a casa y fue el único momento en el que cambiamos de barrio para adentrarnos en Saint-Germain des Près para ir a la tienda Mariage Frères.
No pude evitar pasar por Merci, donde me enamoré de este abrigo de Masscob.
El concièrge del hotel nos aconsejó esta pastelería del chef Philippe Conticini donde comprar una deliciosa tarta de hojaldre con frutas para llevar a los abuelos.
Soma, un pequeño restaurante japonés que ha sido todo un descubrimiento. Con un ambiente joven y una reducidísima cocina que ofrece variedad en porciones pequeñas, hicimos un «tastet» de casi toda su carta.
La gran bailarina francesa Sylvie Guillem es la causante de que haya elegido París para hacer este regalo-escapada a mi chico. Me moría de ganas por verla una última vez sobre el escenario antes de su retirada como bailarina este año y era en esta ciudad donde quedaban las últimas entradas disponibles.
Me fascina la danza, es una de las expresiones artísticas que encuentro más bellas. Cuando todos los elementos de una obra como la que mostró la talentosa bailarina encajan perfectamente, todo fluye y crea absoluta belleza. Para mí su movimiento es único y distinto, como si se diluyera con la música en el espacio. Una expresión corporal que se traduce en emoción.
No entendía por qué Sylvie se «jubila» cuando todavía está en plenas capacidades, como dicen los expertos, para seguir activa como bailarina durante muchos años más. No fue hasta que leí sus palabras: «Quiero acabar sintiéndome feliz con lo que hago y como siempre lo he hecho: con orgullo y pasión«. Como todo en la vida, todo tiene un timing y para ella ha llegado su hora de empezar una nueva etapa.
Fue impresionante ver cómo todo un teatro aplaudía en pie durante diez minutos sin parar.
Me hizo ilusión encontrarme en el Théâtre des Champs-Élysées con la actriz Mélanie Laurent a quien admiro.
Una segunda parada relacionada con el arte fue en la Galería Perrotin donde el artista JR, del que os hablé en mis comienzos del blog, presentaba su exposición con algunas de las obras del proyecto «Les Bosquets» que no queríamos perdernos.
Direcciones
Pavillon de la Reine | 8 Place des Vosges, 75003 Paris, France
Café Pinson | 6 Rue du Forez, 75003 Paris, France
Cordonnerie | 19 Rue du Pont aux Choux, 75003 Paris, France
Mariage Frères | 30 Rue du Bourg Tibourg, 75004 Paris, France
Merci | 111 Boulevard Beaumarchais, 75003 Paris, France
La Pâtisserie des Rêves | 93 Rue du Bac, 75007 Paris, France
Soma | 13 Rue de Saintonge, 75003 Paris, France