Os enseño una pequeña parte del set de un proyecto que tengo entre manos y que muy pronto os explicaré.
Filocolore ha sido una de las marcas que me ha cedido sus productos para vestir los espacios que necesitaban un toque hogareño, con alma. Sus tejidos y su paleta de color me fascinan. El punto fuerte de su ropa de hogar está en las texturas, colores neutros y líneas simples, que permiten combinarla con cualquier tipo de decoración.
El primer set me recuerda a Nueva York y sus lofts industriales. He elegido piezas de colores sobrios pero muy apetecibles, aportando un toque de color con el cojín de lino color mostaza y el taburete de hierro que compré en el Rastro de Madrid.
El segundo, con la lámpara Cesta de Milá, me recuerda a un tatami japonés para dormir. La manta jaspeada en tonos grises tiene un punto masculino y elegante que contrasta con la pureza de los cojines blancos.