Las legumbres son un alimento básico en la dieta de mi familia. Tienen un sabor rico y tenemos una gran variedad entre la que elegir para beneficiarnos de sus buenísimas propiedades.
Procuro ponerla en la mesa tres veces a la semana combinando diferentes variedades. Con el calor me gusta servirla en ensalada, como te propuse en una de mis recetas veraniegas, pero para la temporada de otoño prefiero prepararlas en plato de cuchara.
Propongo las legumbres como plato único para mediodía ya que combinan un gran aporte de proteínas y carbohidratos y esto los hace muy completos. Es importante cocinarlas bien para favorecer su digestión.
Potaje de azuki o lentejas
Las lentejas son una gran fuente de fibra y proteína, vitaminas del grupo B (ácido fólico), hierro, magnesio, zinc, calcio, sodio, potasio y fósforo. ¡Bien completas! Las cocino combinadas siempre con arroz integral y verduras que encuentro en mi nevera. Intento evitar el sofrito y en contrapartida le añado un poco de algas que aportan sabor y muchos minerales además de todas las verduras troceadas.
Mi alternativa a las lentejas es el azuki. Es una judía de origen japonés que no hace tanto que está en mi cocina pero de la que me he hecho súper fan al conocer todo lo bueno que nos aporta. Su bajo aporte en grasas y su riqueza en proteína vegetal la hace buena aliada para perder peso sin renunciar a platos saciantes, además de que ayuda a depurar los riñones. Las cocino siguiendo la misma receta que con las lentejas.
Potaje de garbanzos con acelgas
He crecido comiendo muchas legumbres y verduras ya que mi madre siempre ha cocinado «à la Mediterránea». A veces sigo su receta al pie de la letra y por eso, en este caso, añado un sofrito de verduras que trituro y mezclo con los garbanzos y las acelgas cortadas en trozos grandes, que son los protagonistas de este plato. No obstante, en casa de mis padres muy de vez en cuando te encuentras con lo que dirían las abuelas «un potaje como Dios manda»: sabroso y con «chicha».
Además de contener altas cantidades de ácido fólico y magnesio, los garbanzos son ricos en lecitina y ácidos grasos esenciales y, como el resto de las legumbres, son un buen aporte de proteína y carbohidratos con fibra.
Suelo acompañar estos platos con una ensalada fresca para aportar variedad a la mesa. Por ejemplo una ensalada de cebolla dulce cortada a juliana y tomate, de aguacate y tomate cherry o de rúcula con láminas de parmesano.
Bon appétit!
V.