Por suerte, hay recetas que son tan ricas y saludables como sencillas de preparar. Y esta es una de las que da gusto compartir, el pudding de chía. Esta receta, que además para comodidad de los que somos padres trabajadores es un “pim-pam y listo”, me salva de desayunos, meriendas e incluso me hace quedar súper bien cuando tengo invitados y la sirvo como postre.
Las semillas de chía llevan en mi despensa desde hace ya mucho tiempo. Se considera superalimento, y como cuento en mi libro «Yoga, un estilo de vida«, estas semillas son ricas en antioxidantes, ácidos grasos omega, calcio, fósforo y manganeso. Y por su gran contenido de fibra y proteínas, la sensación de saciedad que te proporciona puede ayudarte a perder peso.
I N G R E D I E N T E S
1 ración generosa
– 3 cucharadas soperas de semillas de chía crudas
– 200ml de leche o bebida vegetal (la que prefieras, yo he utilizado leche de arroz)
– Frutas para el topping (fresas, mango, arándanos, frambuesas… yo he utilizado fresas)
– Endulzante o especias. Es opcional, ya que en mi caso es suficiente el dulzor que aporta la leche de arroz que he utilizado. Si tu paladar está acostumbrado a un sabor más dulce, te recomiendo que utilices un endulzante lo más saludable posible. En este link tienes diferentes alternativas al azúcar blanco. Si lo que quieres es experimentar, puedes añadir especias como la canela o vainilla.
P R E P A R A C I Ó N
5 minutos
1 | Mezcla las semillas de chía y la leche en un recipiente. A mí me gusta que sea transparente porque así puedo ver cómo se forma la gelatina y saber cuando está lista. Remueve bien para que todas las semillas se impregnen de líquido. Si decides añadir endulzante, este es el momento.
2 | Mete el recipiente en la nevera durante 2-3 minutos.
3 | Pasados esos minutos, saca el recipiente de la nevera y vuelve a remover para que la primera capa de gelatina que ya tendrás en la base se mezcle bien con el resto, creando así una textura uniforme.
4 | Vuelve a guardar el recipiente en la nevera y déjalo reposar unas horas.
5 | Añado el topping de fruta justo antes de comerlo para asegurarme de que conserva todo su frescor.
Si te queda demasiado espeso después del reposo, no dudes en añadir un poco más de líquido. Y si quieres que se mantenga hasta 3-4 días en la nevera, te recomiendo que utilices un tarro hermético.
Esta receta es tan buena para nuestro organismo porque, además de la fuente de nutrientes que proporciona, la chía crea una gelatina muy beneficiosa cuando se mezcla con líquido (absorbe entre 10 y 12 veces su peso en agua). Esto nos ayuda a mantenernos hidratados, es antiinflamatorio y un gran regulador del tránsito intestinal. Ahí va un tip: si quieres tratar esta semilla como remedio natural, puedes dejar reposar una cucharada sopera de chía en un vaso de agua para que cree esa gelatina que te ayudará a regular el tránsito intestinal. Recomiendan una toma al día y no olvides, sobre todo, hidratarte muy bien por dentro durante todo el día.
Quizá te sorprenda saber que mis hijas, de 3 y 1 año y medio, también toman chía. Te explico cómo consigo introducir en la dieta de mis peques alimentos muy saludables pero que no estamos acostumbramos a ver a niños comer. Especialmente a Manuela, que es más mayor, la implico en la cocina y la hago participar en la preparación. Me he dado cuenta de que así se interesa mucho más y está más dispuesta a experimentar nuevos sabores y texturas. Espero que la receta que te cuento hoy te de la oportunidad de utilizar este consejo si tienes hijos.
Bon appétit,
V