El Saludo al Sol es la primera vinyasa que aprendí en el centro de yoga Jivamukti en Nueva York. Y la que me hizo entender que la práctica de ashtanga vinyasa implica un esfuerzo físico importante ya que se realiza de forma dinámica y repetitiva sincronizando el movimiento con la respiración.
El origen de Surya Namaskar (su nombre en sánscrito) está ligado a los tributos al Dios Sol que desde hace miles de años se realizan en la India, la cuna del yoga, mediante cantos, ofrendas y postraciones. Es una bienvenida al Sol, a un nuevo día, por eso es una de las vinyasas que abren la práctica que tradicionalmente se inicia con los primeros rayos de luz. Y aunque yo ya no pueda seguir ubicando mi auto-práctica al amanecer como hacía antes de ser mamá, el Saludo al Sol está siempre presente en mi auto-práctica a modo como introducción al resto de asanas. Me ayuda a entrar en calor, a activar todo el cuerpo y a traer el foco a mi práctica.
Si sigues mi blog desde el inicio, es posible que recuerdes las entradas que compartí por separado sobre las variantes del Saludo al Sol, llamadas A y B. En este post las actualizo y comparto dos vídeos, la práctica completa con la que empecé (nivel iniciación) y mi práctica actual, más avanzada.
Espero que puedas disfrutar de una de las vinyasas más conocidas y que más te pueden ayudar a introducirte en la práctica del yoga, y con la que fácilmente puedes observar tu evolución mientras fortaleces tu cuerpo y mente.
Namaste,
V.