Hace unos meses, compartí una reflexión en un pequeño artículo sobre la amistad que hoy reescribo para mi blog desde la casa de los Sans, como mi chico y yo llamamos a nuestros grandes nuevos amigos, Carles Sans y María Antonia Rodríguez.
¡Ahí va!
Cuando uno va cumpliendo años, cree que hacer nuevos amigos, y además de los de verdad, no es posible. Qué afortunada me siento por haber abandonado por completo este pensamiento hace ya 3 años, cuando Ibiza nos regaló a mi chico y a mi esta nueva amistad “en pareja”.
La responsabilidad familiar cuando tienes 2 bebés en casa es muy absorbente, no solo a nivel físico sino también mental. Eso puede empujarte a dejar en segundo plano a tus amistades, algo que me desespera porque a veces no llego a todo y el día sólo tiene 24 horas. Por eso me parece un lujo estar una semanita acogidos en casa de nuestros amigos para vivir y compartir pequeños momentos de convivencia que disfrutamos a tope en un paraje idílico. No podemos pedir más.
Todo empezó con una situación un tanto “kafkiana”… La carne ecológica y el buen hábito de compra sana son los causantes, ya que si en esa pequeña tienda de Ibiza no se hubieran equivocado en darle nuestra carne al otro Carles (mi chico también se llama Carles), quizá nunca hubiéramos tenido ese divertido primer encuentro en el que vimos a un hombre confundido devolviendo al supermercado un enorme pedido que aseguraba, por todos los medios, que no era suyo. En ese instante entrábamos mi Carles y yo y pudimos aclarar entre risas el pequeño malentendido.
Ya hemos pasado suficiente tiempo juntos desde entonces como para que la vida nos haya dado buenos y malos momentos que compartir. En esa diversidad de vivencias es cuando la amistad se afianza. Cuando tu amigo está y responde, no solo en los momentos lúdicos sino también en los de dificultad, dándote apoyo y aliento, te demuestra su capacidad de generosidad y amor.
Entre tantos compromisos que nos abordan en el día a día, la amistad de la que estamos disfrutando aporta un soplo de aire fresco que, en mi caso, me traslada a retazos de mi niñez ya que la pureza e inocencia siempre nos rodea. Juntos somos 4 maravillosos niños compartiendo el mismo sentido del humor. Y, como no podía ser de otra manera, Carles Sans lidera esos momentos de risas en los que acabamos partiéndonos la caja. ¡¿Que sería de la vida sin humor?!
La verdadera amistad es aquella que te da libertad y te permite ser realmente tú, con todos tus defectos y virtudes, sin sentirte juzgado. Algo que con ellos se hace realidad en cada momento.
V.