Hoy comparto contigo un pequeño experimento creativo.
La postura del Sordo. Una asana que me permite conversar de forma íntima con mi cuerpo, un mindfulness restaurativo. Encuentro el alivio mientras expongo a mi cuerpo a un estiramiento de intensidad brutal.
Me regalo Karnapidasana al final de mi práctica de yoga, antes de regresar de mi asilamiento a la realidad.
Namaste,
V.